La identificamos cuando asumimos los repetidos fracasos y sufrimientos que nos ha originado, ya que no nos permite relacionarnos de una manera  sana con nuestros seres más queridos, mucho menos con nosotros mismos. Te das cuenta que estás envuelto-a en un círculo vicioso donde la obsesión,  la inseguridad y el miedo te tienen paralizado/a; te has perdido y difícilmente puedes ver la luz.

La codependencia comienza cuando tu vida se ve afectada por la conducta de otra persona y estás obsesionado/a queriéndola cambiar, tratando de controlarla desgastando una energía innecesaria que por momentos te conduce a la depresión, la angustia, la ansiedad y otras enfermedades.

Eres codependiente cuando tratas de proporcionar afecto a todos aquellos que parecen necesitados en especial a personas conflictivas e inaccesibles a las que intentas ayudar y modificar por medio de tu amor.

Cuando haces cualquier cosa en contra de tu bienestar para evitar que te abandonen, evadiendo tu responsabilidad.  Cuando vives aislada y te sientes triste, fracasada e incapaz de tomar decisiones si no tienes a tu pareja.

Sabes que esta relación te está dañando, sin embargo no la puedes abandonar ni poner límites, por el miedo al cambio que esto implica.