Mirando atrás, pasado y presente…
Si miro atrás en el tiempo, muy atrás y busco mi primer recuerdo… Tengo apenas tres años o cuatro años, de la mano de mi hermano entramos a un lugar extraño, lleno de gente extraña y muchos niños, demasiados. Mamá se va, sin un adiós, sin besos, sin un volveré, ahí pasan los años, A5 era yo, mi ropa, mi cepillo de dientes, mi armario, mi marca, A5 era yo. INVISIBLE.
Un día me enseñaron un niño pequeño… Este es tu hermano, el niño aparece y desaparece, tardo mucho en aprenderme su nombre, desaparecía, el tiempo sigue pasando, un día cualquiera resulta que tienes casa , mamá está allí el niño está allí, vive con mamá, por qué yo no? Pasan unos años odio ir a casa … Prefiero el internado y su comida caliente, prefiero el internado. El niño se queda en casa, el está con mamá, yo no, odio al padre del niño, me trata mal, me parezco mucho a mi padre, me dice con odio… Pasan los años, ya sé qué pasa, mamá es alcohólica, no se va a curar nunca, el novio de mamá es malo, no me gusta… Siento odio, noto como una sombra cubre mi corazón, empiezo a pensar que no hay sentimientos bonitos en mí. Crezco, se lo que está bien y lo que está mal, no me gusta estar en casa, amo a mi hermano pequeño, pobre, yo voy al internado… El no. Amo a mamá aún cuando no se da cuenta de cuánto sufro, no ve que lloro, ella no ve como sangra mi corazón, se vuelve a ir sus oscuridades son profundas, no me quiere… Si ella no me quiere… ¿Quién coño me va a querer?
Otra vez vuelta a empezar, esta vez otra ciudad, otra vez un sitio extraño, esta vez sin mi hermano de la mano, esta vez solo chicas, todas de mi edad, 7 para ser exactos, 8 conmigo, ahí no había marcas, era Iris, ahí no había 8 en una habitación, éramos 2, ahí, si te levantas a mitad de la noche sin poder dormir, te sentaban en la cocina con un Colacao y se quedaban en silencio o charlando, 8 adolescentes, 8 bombas de relojería, todas quemadas, todas lastimadas, todas adolescentes y ahí plantadas unas «mujeres» que con una calma y paciencia inimaginables, escuchaban, castigaban y nos dieron a las 8 una familia (gracias, fueron los mejores años de mi vida) me enseñaron otra realidad, una realidad inalcanzable para mí, este mundo no es para mí, no encajaría, hay tanta mierda en mí. La adolescencia pffff alegrías, mierdas, mierdas, alegrías… Me ausento de mí, me voy, mi cuerpo sigue donde lo dejé pero está claro que he perdido la cabeza. Un día dónde menos lo esperas y de quién menos lo esperas recibes la frase que cambia tu vida.
Desde este preciso instante eres responsable de lo que te pase, se acabó echar la culpa a lo que pasó… Eso quedó aquí… Qué vas a hacer? Qué quieres?
Crear mi propia familia… Cómo se hace? No tengo bases, a dónde me agarro? Me agarré a las noches, que fueron muchas, que pasaron a mi lado, de la mano, me agarré a como lucharon para que pasara tiempo con mi hermano, me agarré a esas odiosas asambleas que nos obligaban a hablar de los problemas de la convivencia (nunca podré agradecerlo lo suficiente) me agarré a esa noche en la que quería irme de juerga, pero sabía que alguien se iba a preocupar por mi, y llamé para decir que me iba, pero que estaba bien (eso me marcó). Han pasado ya muchos años de aquello, pienso en ello con una sonrisa, ahora soy yo la que ofrece el Colacao en las malas noches, peino canas, junto a mi crecen tres arbolitos, tres niñas que me hacen sacar lo mejor de mí, ahora sé que lloraban escondidas, no me lo han dicho, pero yo también lo hago, ellas lo sabrán mañana, pero ahora el ejemplo que les doy es que recibí.
Iris G.S.